Estimo que serían las 11 de la mañana partimos desde el Palacio de la Sonrisa a Bahia Catalina nuevamente tirado de guata en el bus chico y con mis captores supongo que uno manejando y el otro al lado. En este recinto nuevamente comienzan las torturas físicas con golpes y patadas. Pero curiosamente parece que el cuerpo humano se sobre proteje solo ya que llegando a un momento de saturación los golpes no duelen, ni se sienten. Uno de los matones torturadores me pisó el pié derecho y eso si lo sentí. Yo no recuerdo bien lo que preguntaban y lo de las armas era recurrente, si donde estaban escondidas. También preguntaban por nombres de otros dirigentes de la UP. En todo caso estos tipos parecían sacados de la inquisición y no que eran funcionarios de las Fuerzas Armadas. Como episodio sorprendente de García Marquez de repente dicen se para todo por que viene el almuerzo, salen a esconderse los torturadores por que a uno le sacan la venda negra y uno de ellos dice a mi no me importa que me vea. Y lo veo es tipo muy alto, negro y con cara de pocos amigos y después se que se llama Marmaduque Nuñez y que juega basquetboll por la Fach. Este desgraciado fue el que me pisó el dedo gordo del pie derecho y me lo dejó un poco chueco para siempre. Este torturador basquetbolista supe que murió unos años más tarde en Santiago atropellado por un vehículo. Me trajeron un plato de tallerines, como si yo tuviera hambre en esas condiciones, que ridículos los captores. Yo no se lo que pasó después, solo se que devolvieron al Regimiento Cochanne en la tarde ya oscuro, como a las 8,30 y llegué en lamentables condiciones, que hasta el Sargento Miranda exclamó pobrecito en las condiciones que lo traen. Al llegar a mi litera el que me ayudó fue Roberto Lara, padre, y su hijo estaba en la Fach preso. Siempre me voy a acordar. Esto sucedió el entre el 19 y 21 de Octubre del 73.
En la barraca todo seguía igual, los dementes que nos custodiaban estaban detrás y el montón de presos políticos asinados esperando saber su destino. Nos traían la comida en marmitas y cada uno tenía sus platos, sevicio y jarro. Había un campesino de Oazi Harbour llamado Marito que cantaba canciones rancheras mejicanas y que se presentaba seguido.
Yo todo embromado, acostado, recibo carta de mi padre que me comunica que había nacido una bebe y que la Flor estaba bien. Al otro día uno de los patéticos guardias que nos vigilaban me peguntó como estaba y yo le dije que bien y que había nacido una mujercita en la casa de O Higgins. Este guardia me hizo subir a un banquito y se lo comunicó a todos los detenidos y aplaudieron. Yo creo que en general no le dieron importancia ya que cada uno tenía sus propios caldos de cabeza esperando que pasaría con ellos. El hecho es que entre carta y carta con Flor le pedí que se llamara Patricia y así le pusieron en el Registro Civil Patricia Antonia Ojeda Mayorga. Salió mas activista la Paty defensora de los DD HH en años posteriores.
Todavía faltaba como dos meses para Navidad y muchos esperaban que hicieran una salida masiva de presos políticos para esa fecha. Vanas ilusiones. Se seguía con los prisioneros sacados y trasladados por el Cochero de la Muerte al Palacio de las Sonrisas, para interrogatorios con métodos de tortura y sin ninguna esperanza de defenza, claro si querían montar el show de los consejos de guerra y así justificar el Golpe de Estado e ir eliminando a la gente de la Unidad Popular ya sea con más carcel o héchandolos del país. Ese era su propósito el Consejo de Guerro de las JJ CC, el del Hospital, el de los socialistas, el del puerto, etc.
Nos hicimos más amigos con Chulengo, con Cristie, con Benjamín Cárdenas, y un montón más.
Fue en esa época que sale publicado en la Prensa Austral que tres extremistas se habian escapado del Regimiento Caupolicán de Porvenir y los habían matado. Versión falsa, burda mentira a ellos los sacaron del conteiner donde los tenían prisioneros y los llevaron al Canelo a 60 Km donde los hicieron correr y los mataron con fusiles y balas los valientes soldados del Regimiento Caupolicán. Oye si en en Compingin (primer Campamento de prisioneros de Dawson) nos hicimos grandes amigos con Ramón Gonzalez Ortega, uno de los que mataron, era funcionario de Impuestos Internos e interventor en la Empresa Copetif de Porvenir, sin militancia política, casado con Genoveva Toro profesora de Inglés y con 3 hijos. Los otros eran Baigorri, profesor muy conocido en Porenir, y Cárcamo un joven socialista. Fue la Caravana de la Muerte que pasó por teléfono o fax y que el comandante del regimiento agarró papa y se mandó el asesinato del siglo. Los culpables fueron sancionados y condenados años más tarde por la justicia.
Ya estabamos cansados de esperar por nuestro destino y ya cerca de Navidad nos informan que vamos a partir nuevamente a Dawson y nos vamos en barco nuevamente con día de sol y en la cubierta, nos íbamos conversando y cantando hacia nuestro destino desconocido nuevamente con Chulemgo, Cristie, Oscar Briceño. y alguien más. Otros iban más preocupados ya que sospechaban lo peor