miércoles, 7 de agosto de 2013

DESPUES DE LA TORMENTA VIENE LA CALMA.

Los días siguientes fueron todos de tranquilidad, es decir después del 18 de Septiembre. Se habían ido los malos de la película (los del SIM). Nosotros conversábamos y se barajaban posibilidades que los prisioneros que sacaron las dos noches anteriores estuvieran en otro lado de la isla, recuerdo al director del Magallanes don Nicolás Neira que decía, mostrando el dedo para abajo, que los habían eliminado, el pato Retig creyó que decía que estaban enterrados bajo nuestro piso. La verdad es que no teníamos idea de donde pudieran haberlos llevado.
Nosotros teníamos una letra y número para identificarnos, así yo era E-3. La E era por ser capturado por el ejercito. Suporgo que algunos tenían M y F.
Un día de Septiembre nos enteramos de la muerte de la madre de un compañero que estaba con nosotros, Sergio Cárdenas. Se tuvo que aguantar la pena solo ya que nada podía hacer. El Sergio era locutor de Radio Polar y yo conocía a su familia por que tenían un negocio frente al Instituto Comercial donde vendían revistas de historietas usadas y yo iba a comprar cuando era niño. El negocio se llamaba La Casa del Cachureo y vendían de todas cosas, incluidos canarios en sus respectivas jaulas y estampillas de filatelia. El Sergio tengo entendido que era hijo único y su madre tuvo que haber muerto por la situación angustiante que debe haber vivido desde la detención de su hijo. Eran de la USOPO, por lo menos el papá. Después supe que su mamá era Domitila Sanhueza Verné, familia de un regidor del P. S. allá por los años... y que el Sergio posteriormente a su detención trabajó en Radio Presidente Ibañez y Polar y después se fue a Santiago donde trabajaba en radio y doblaba voces para programas televisivos hasta que murió hace unos años. Tenía familia.
Nosotros teníamos correo con nuestras familias semanalmente y mandábamos la ropa a lavar a la casa, las cartas eran censuradas recortando lo que para ellos era sospechoso. En el correo nos llegaban comestibles, ropa limpia, cigarrillos, revistas, etc. Nótese el gasto que significaba para las familias.
Un día Mario Galetovic comenzó a tararear una canción que hablaba de "mi Punta Arenas, ciudad de ensueño y amor cuando yo vuelva a tus playas renacerá el corazón" Era el Tamo Daleco que cantaban los emigrantes yugoeslavos recordando sus lejanas tierras. Claro ahora la letra estaba cambiada en castellano. En ese tiempo yo no sabía que iba a ser como el himno oficial de los presos de Dawson.
A todo esto al Popeye Cárdenas le enviaron un juego de ajedrez y el Popeye como buen maestro nos empezó a enseñar a jugar a todos los interesados. Yo aprendí a jugar ajedrez en Compingin y como teníamos tiempo organizábamos competencias entre nosotros. También aprendieron los conscriptos de la Fach, Juan Ruiz y Sergio Navarro. Este último salió super bueno para jugar al ajedrez. Al Juan Ruiz le decíamos cabeza de alcancía porque como le cortaron el pelo al cero le quedo una pelada al medio como una ranura de alcancía, era del campo de Puerto Mont. Una vez que conversamos me contó que a ellos les encontraron calendarios de bolsillo con la foto del presidente Allende y de ahí los agarraron y esto fue antes del 11. También me contó que el era del Mapu Obrero Campesino y se asombró de que yo era del Mapu. Hay que explicar que el Mapu se había dividido en dos fracciones una más gobiernista (MOC) y otra más revolucionaria (MAPU); por eso se sorprendió ya que pensó que la cosa iba a ser más dificil, para los mapus. La verdad es que no fue así y todos fueron reprimidos por la dictadura.
Yo dormía en una litera y en la parte de abajo lo hacía Sergio Lausic, profesor de la Universidad Técnica del Estado a quien yo no conocía y que posteriormente fue un buen y gran amigo, hasta el presente. Yo también había sido compañero de curso en primera preparatoria del San José y en Liceo Vespertino de su hermano Chedomir Lausic que fue muerto por los servicios de inteligencia militar en Santiago dos años después y que también se fue a estudiar de Técnico Agrícola en la U. de Chile en el Norte, parece que Antofagasta. Yo lo hice en la gloriosa y combativa sede de Osorno.
De a poco íbamos quedando menos en este picnic largo de Dawson y un día nos dividen la barraca en dos, totalmente aislada y comienzan en el patio a instalar planchas de zinc tapando medio el patio, así quedamos aislados a un lado y esperando que iba a pasar. Esa noche cuya fecha no recuerdo en este momento escuchamos a horas de la madrugada que llegaba gente a la barraca por el lado que quedó desocupado. Hubo mucho ruido, pero no sabíamos quienes llegaban.
Al otro día estuvimos de comentarios y algunos decían trajeron a las mujeres, otros pensaban que eran otros prisioneros políticos de otra parte. Así estuvimos sin saber nada hasta las 6 de la tarde cuando se cantaba la canción nacional ( y donde siempre salía más fuerte, casi gritando "o el asilo contra la opresión"), y escuchamos desde el otro patio unas voces graves que se notaba eran de personas adultas. Estábamos claros que teníamos vecinos, sin saber quienes eran, pero sabíamos que eran hombres adultos y de cantar muy ronco.
Pasaron dos o tres días y ya sospechábamos que eran políticos de otras zonas del país. Un día que voy al río seguramente a lavarme y veo al otro lado, entre matorrales, a nada menos que Aniceto Rodriguez, Senador de la República. Les cuento a mis amigos, vi al Aniceto Rodriguez, ya no quedaba duda eran grandes dirigentes y funcionarios del gobierno de Allende.
Otro día que fuimos a buscar leña en un bosque que estaba cerca de la barraca, entre ramas de coigues y ñirres nos topamos con los de Santiago y se acerca uno a darnos la mano, Anibal Palma (el Pibe) y contento de saludarnos nos pregunta de donde somos y le aclaramos que somos de Punta Arenas y además pregunta sobre noticias o novedades y le decimos que estamos tan desinformados como ellos.
Por otro lado un día llegó un cura al campamento y dio consultas a quienes quisieran enviar un saludo o algo a sus familiares. En una carpa atendía y yo fui (muchos fuimos), en realidad el cura Tampe (ese era su apellido no aportó nada en concreto) y creo que nadie se acuerda de él. A mi me preguntó como estaba yo le dije que bien, pero que me gustaría saber cuando nos largaran de este lugar. El cura no tenía idea. Lo único que le di fue el teléfono de la casa). Más adelante cuando salí en libertad me dijeron en la casa que una vez llamó un cura a altas horas de la noche, para decir que yo estaba bien.
La verdad es que estábamos bien y con la moral en alto, yo diría mucho mejor que los familiares, en general de todos los confinados (así nos llamaban), pues en Punta Arenas corrían todo tipo de rumores, poco menos que nos estaban masacrando.
A todo esto mis amigos eran Aristóteles España, Ramón González Ortega y Sergio Barría. Y otros nuevos que empecé a conocer. También había algunos que no conocía y con los cuales jamás hablé. Por ejemplo había un aviador de Fach de la escuela de especialidades que estudiaba en la noche en la UTE y que hablaba por el campeonato, le decían el Pato Lukas y que además estaba en un pensionado con otros estudiantes de la UTE. Bueno este tipo con el correr de los años nos enteramos que era un sapo enviado por los servicios de seguridad para obtener información. Y parece que no era el único.
En el campamento había un suboficial muy antiguo que era puro cariño con los prisioneros le pusimos de sobre nombre Peguitas Cortas porque siempre iba a buscar a alguien y decía: lo necesito para una peguita corta, al contrario había un sargento estúpido que una vez que salimos con el se puso ha hablar de los sindicatos y se enredó totalmente y nos dimos cuenta que el tipo era ignorante y carajo, a este le decían Mala cueva por que cuentan que se calló un puente en una formación donde iba último y el se sacó la mugre. Desgraciadamente este es ensalzado en la película de Littin y esto pasa por no consultar a los protagonistas reales de este realiti.
Como no teníamos informaciones, ni radio, solo comentarios o conclusiones nuestras, iban pasando los días en Compingin. Después supe que estábamos a solo 6 Km de Puerto Harris.
A todo esto se llevaron en avión a Ramón Gonzáles de quien ya me he referido ampliamente y lo despedimos con grandes abrazos pensando que se iba de regreso a casa. Y de a poco vamos quedando menos. Hasta que un día que parece que fue mas o menos la segunda semana de Octubre del 73 me llaman, preparar los bultos y voy a partir. Junto a Rene Cárdenas Eugenín (Profesor,  PC), Sergio Zurita (Funcionario público, Mapu OC)  y Francisco Mariangel (funcionario del hospital,  PC).
Nos íbamos de Dawson. Cuales sería nuestro destino. Nos iríamos a la casa.

5 comentarios:

  1. Querido primo, que tremendo testimonio este que cuentas y que fuerte lo que le pasó a mi amigo de adolescencia Sergio Cárdenas (Cachureo), así le decíamos a él, también iba mucho a su local y conocí a sus padres, personas muy serias y tranquilas, cachureo formaba parte de mi grupo, por el año 62-65, cuando íbamos al basketbol. También mencionas a Popeye Cárdenas, un hombre conocidísimo en la zona magallánica a través del deporte y muy probablemente los Lausic que mencionas eran familiares de Marcos Lausic, destacado corredor de autos en Porvenir. Y del Mapu de garretón, ambrosio, gumucio se escribió una gran historia, la verdad que sería interesante que estos testimonios los pudieras editar en un libro, aparte de estar en este magnífico blog.

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  2. Será publicado. Los capítulos que vienen serán muy interesantes. A nuestro amigo Sergio no lo vi más después que salimos libres. Pero supe que trabajaba en la radio del Turbio, Argentina. Después y hace unos años me enteré que falleció en la argentina. Triste final para nuestro amigo común.

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    1. Bueno es una gran pena, pero ahora seguramente estará descansando junto a sus padres.

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  3. Hola

    Quisiera saber quien conoció a Nicolas Neira, ya que quiero hacer un regalo a mi mama porque no tiene ningún recuerdo escrito de su padre y si es posible que alguno de ustedes me ayude.

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  4. Yo conocí a Nicolás Neira en Compingin cuando estábamos detenidos en Isla Dawson, no lo conocía antes. Era un hombre que se notaba muy amable y sincero. Como todos los detenidos estaba muy preocupado por lo que podría venir y cual sería la suerte de cada uno. Más de una vez hablamos. Pero se podría hacer un llamado para los que lo recuerdan se pongan con un comentario. El era director del diario El Magallanes que estaba en poder de los trabajadores del vespertino. Gracias por comunicarte y cualquier noticia de la aré saber.

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